miércoles, 23 de julio de 2014

Eternamente VIVA - De ILR


"La verdad que escribir constituye el placer más profundo, que te lean es sólo un placer superficial" - Virginia Woolf


¿Qué puede impulsar a una persona a odiar a otra? ¿Su forma de mirar, de pensar, de sentir? Tal vez su apariencia, su religión, sus ambiciones, no lo sé. Fue lo primero que me pregunte al empezar a escribir esto.
Aun muchos seguimos pensando en que impulso al mundo a tal oscuridad, como la que vivieron los judíos en el holocausto.
Algunos diran que fue una estrategia económica, otros dirán que fue un fanatismo exagerado, por mi parte no encuentro una respuesta, no encuentro ningún tipo de razonamiento que me pueda explicar que condujo a tal horror.
No soy judía, no soy religiosa, no soy Europea. Podría decir que no tengo nada que ver con ello y sin embargo lo tengo todo. Nadie debería quedar excento de saber o al menos intentar conocer un poco de lo que fue esa masacre.
Hay libros, diarios, películas y muchos medios que expresan lo vivido en aquellos tiempos, pero no lo vivimos en carne propia.
El ver el maltrato de los soldados nazis, el cómo asesinaban personas sin piedad y jugaban con la vida de un ser humano trae lagrimas a mis ojos que me hacen darme cuenta de una parte pura e inocente que aun conservamos con nosotros.
Ana Frank dijo en su diario "A pesar de todo, sigo pensando que la gente es buena". La primera vez que lei esa frase sentí una serie de sensaciones diferentes recorriendo mi cuerpo, mi sangre. Sentí rabia, porque aun viendo el lado bueno de las personas no pudo salvarse, sentí impotencia, por no poder haber estado allí con ella, por no poder haberla ayudado, ni a los ocho habitantes de la casa de atrás, sentí frustración, porque era muy joven, y luego sentí algo que no esperaba sentir… sentí alegría, porque no es una simple frase en un libro, sino que es algo que una persona de carne y hueso como yo escribió, que a pesar de lo que ocurría en su vida, a pesar del infierno que estaba experimentando y a pesar de que ya había perdido casi todo, aun conservaba su bondad, su esperanza, su humanidad, aun cuando lo que la rodeaba carecía de ella.
Ana no era perfecta, no era una chica correcta, no era el modelo a seguir, era una joven normal, con pensamientos positivos y negativos como los tenemos todos. Con un poder de expresión envidiable y admirable, y con una personalidad impresionante. ¿Qué hubiera sido de ella si no hubiera muerto de tifus? No lo sé, seguramente hubiera sido distinta la historia, tal vez hubiera quedado marcada por la guerra como quedaron tantos de los sobrevivientes, pero estoy segura que ella hubiera dejado una marca en el mundo, tal como lo hizo con su diario.
Ella marco a las personas que conoció, marco a su madre, a su padre, a su hermana, y a sus compañeros de encierro, aunque no me gusta llamarlo de esa forma. Marco la vida de Peter y le hizo imaginarse una vida fuera, aunque eso no ocurrió.
Creo a Kitty, esa persona con la que podía contar sus inquietudes, los pleitos que vivía, los cambios físicos y sentimentales que iban apareciendo, y quien fue su última y más preciada compañía.
Ella confió en un pedazo de papel para confesar cada fantasía y secreto oculto y se convirtió en la escritorio que tanto quería.
Lo que más me afecta de todo, es su corta edad. Pensar en esos preciados pensamientos que no parecen de tan solo una niña de 13 años. Dirán que tal vez fue por su época, dirán que la guerra la hizo madurar rápido, dirán muchas cosas, pero  ¿saben qué? No importa lo que haya sido, ella logro que el mundo conociera su realidad, su verdad, y sobre todo… su alma.
Ana vive a través de su diario, siente, piensa, llora, aún hoy en día.
Vive en el recuerdo de todos los que han conocido su historia y seguirá eternamente entre nosotros.
Por siempre.

Escrito por ILR.

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